lunes, 3 de agosto de 2009

Maniobras de escapismo




Juguemos a la nostalgia, un ratito.
Una vez sentada, con las piernas cruzadas sobre la silla morada, puedo permitirme pensar un poco en ti, pero un poco nada más, recuerda. Si no sería darle demasiada importancia a los sentimientos clavados en el pecho, que chillan y patalean y exigen ser liberados, pobrecitos.
Tras el día del Renacimiento todo me da miedo, seguro que tu también experimentas eso mismo, pero siempre multiplicado por esa manía tuya de exagerar y hacer que toda atención sea puesta en ti. Todo me da miedo... Todo, especialmente volar, algo que quizás había sido hasta ahora mi momento de más ansiada libertad, mirar al suelo y pensar "no soy nada, no importa nada, todo es pequeño..."
Ahora lo pequeño y lejano es, sin embargo, otra cosa... ¿Adivinas?
En el Retorno, tras dormir un poquito cediendo al sueño el impulso de agarrar lo más sólido que tenía en mi mano, desperté en medio del atardecer madrileño.
Que bonito es Madrid bañado en luz oscura, malva en su techo. Recuerdo mi genial pensamiento en ese instante apaciguador al ver mi hogar: "Si el avión cae y muero ahora, moriré en casa y pensando en ti, tonta estúpida".
Recuerdo pensar que era un pensamiento divertido, locuaz.
Recuerdo llorar un ratito deseando que mi rubia me viera hacerlo y a la vez incapaz de emitir un ruido de auxilio.
Recuerdo demasiadas cosas de ese instante tan corto...Tan fugaz... Tanto como lo es la esperanza de poder estar a tu lado sin más problemas, sin rencores ni puñales.

Es curioso este gran defecto humano llamado rencor. Se te clava en el corazón y parece que incluso yendo al médico podrías observarlo con una ecografía, reptando por tus venas y contaminando cada célula de tu cuerpo, como un inquilino en los "felices días del verano de los dieciocho". Que vayan a otros con ese cuento.
Es curioso, y desagradable y deprimente, que pese a tanto quererte decida...Pasar de ti, hablando en plata. Lo es aun más tu sorprendente capacidad de mirar a todas partes y verte sólo a ti misma, como si cada rostro fuese un espejo, cada nuevo escenario un déjà vu y cada vida un peatón en tu calle, un transeúnte estúpido pagado para hacer de extra en ésta la película de tu vida hollywoodiense. Cuanta rabia destilan mis palabras, aun me sorprende hasta que punto me duele no tenerte a mi lado, maldita egocéntrica.
¿Y para qué rememorar los actos? Para nada, eres la eterna lectora en potencia, que siempre afirma conocerlo y nunca pasa de la primera página del libro "relación entre Rocío y su aparente amiga"
Nunca pasas de la primera página, nunca leerás ésto. Nunca entenderás nada.
Me bajo de la silla, y me subo a la cama.
Hasta mañana.


Foto:Rocicasiperono
Aparecen: Maaru y roci.

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