miércoles, 10 de marzo de 2010

No hay partida




¿Sabes qué?
Tienes las manos muy grandes y los dedos rectos. Los labios gruesos, los ojos dulces y el pelo muy suave. Tienes unas piernas preciosas, no sabes cuanto me excita tu abdomen, y en tus hombros encaja mi cabeza como si hubieran sido hechos para eso. Igual te ríes, pero para mí es nuevo.

¿Qué te parece si me haces la cena? Luego nos metemos en tu cama, y no salimos en unos días. Que se quejen, que se enfaden. Me da igual. Quiero tenerte sin prisas. Quiero que me cuentes al oído todo lo que se te pasa por la cabeza. Me apetece perderme en tus sueños.

Cuando nos levantemos de la noche de muchas horas, te voy a hacer una torre de tortitas, como a ti te gustan. Prometo que me pondré un antifaz y que no me molestará la luz de tu ventana. Que esta vez no te voy a levantar temprano. A pesar de que no son demasiadas, ya he perdido la cuenta de las noches que he pasado contigo. Y aunque me dejes poco espacio (ya sé que tú dices lo mismo), no hay posibilidad de trasladarme a la cama nido. "Para eso no vienes a dormira mi casa". Tienes razón.

No te enfades si empujo la cortina de la ducha y se sale todo el agua. ¿Cómo quieres que me concentre contigo dentro? Enjuágame el pelo, despacito y con el agua muy fría, como a mí me gusta. No alcanzo a darte un masaje, me llamas pequeña. Pero te tumbo en la cama con el albornoz, y se te olvida. Te encoges un poquito, te haces a mi medida.

Ya es tarde. Me voy a dormir, que tengo mucho sueño. El no verte me fatiga. Creo que voy a romper otra vez mi persiana para que cuando amanezca, entres por los cristales que dan al parque. Eres rayos de sol en los días grises de Madrid. Hoy, ha empezado a hacer calor. 11 días, Primavera. Un mes más, y...




Foto: No sé de dónde la he sacado. Pero, en fin. Que ni pintada


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