miércoles, 17 de marzo de 2010

Que empiece el viaje ya




Y así dije que no, que esa no es forma de vivir para mí. Escogí comprar un billete nuevo y cambiar el rumbo, viajar en tu maleta, dejarme llevar por la corriente. Seguir tus pasos.

La vida es un constante cambio según el viento. Poniente y levante nos alteran, y varían una y otra vez el sentido de nuestra marcha hacia la playa. La pequeña y al Este es tranquila, sin olas. La costa es suave y tiene forma de C, y no sopla aire. La grande, la Costilla, es mi favorita, un poco peligrosa por las mareas. Me siento al lado del hotel, pegada al muelle y con el cuerpo hacia Cádiz. 4 kilómetros de arena clara roteña.
¿Dónde vamos? ¿Cual prefieres? Tú decides.

La verdad es que no resulta difícil dejar que me guíes con tus maneras suaves. Me llevas como un velero, sin el ruido del motor que contamina el Atlántico. Lo único que suena es mi risa y la brisa de nuestra ciudad golpeando contra el casco. Y me haces cosquillas y nos tiramos al mar.

Sabes salado.




"Y los recuerdos al aire me besan la cara"



Foto: Chipiona 09

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