martes, 30 de marzo de 2010

salida de emergencia.



Ya no llueve, ¿verdad? El cielo de Madrid está limpio. El agua ha borrado lo que quedaba de invierno mientras estaba fuera.


Chamartín es estación de tránsito. Me siento sola arrastrando la maleta de un andén a otro, con olor a playa en el pelo y la cazadora llena de arena todavía. ¿Sabes de qué me he dado cuenta? Las ciudades tienen alma, y no sólo eso, también están conectadas. Huyes de una creyendo que todo quedará atrás, y al bajarte del tren de pronto intuyes que San Sebastian lo sabe, le llegó el mensaje incluso antes de que lo hicieras tú. Las ciudades se llaman con el viento, y deletrean el alma de los que viajan, con balbuceo de niños. Somos muy pequeños en comparación a ellas. Estamos casi muertos frente a su vida.

¿Sabes qué te diría ella, Donostia? Que se calle no significa que todo esté bien. Que no la mires, no significa que no la puedas ver. Otra cosa es... Que quieras.




Foto: En el tren


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