domingo, 29 de agosto de 2010

Con tacto visual





Déjame dormir en ti
Cerrar los ojos si giras, sentir el frío si bajas, agarrarte fuerte si aceleras
Abandonarme al olor de la carretera y ver con otros ojos Madrid
Soñando en tu espalda


Déjame dormir en ti
Para amanecer alguna vez por tu ventana
Desperezarte quitándote las sábanas
Y de desayuno, tu piel

Déjame mirarte para saberte
Busca las palabras que no encuentro, y te quiero decir
Y que cada minuto sea un nuevo record
Y lo que duele se aleje de aquí

Déjame mirarte, un rato más
Que hoy eres tan nuevo que es un misterio tu risa
Que hoy queda todo por delante
Y mañana puede que nos falten ganas, o nos falte vida.



F.: Se pone el sol en tu ventana

sábado, 28 de agosto de 2010

O quizás...


O puede que sí.

Puede que creas entenderlo y no sea así. Crees que me comprendes y a veces ni si quiera me conozco yo...

Puede que grite no y en un segundo me absorbas, en un minuto me tengas y durante una hora, me mantengas. Puede que cambie el viento y me coma la rabia, puede que me pese menos la razón que el sentir que me fallas. Puede que te mire, y me deshaga.

Espero a saber como sigue, que un mes es un año en cambios, y un suspiro para saber si te quedas o te marchas.

Puede que ahora no tenga miedo, y me haga falta




Puede que mañana, tal vez...

jueves, 26 de agosto de 2010

¿Tú sí?





"Yo no",
Quise gritarte.

Déjame correr, que me falta aire. Me persiguen silencios, páginas en blanco y las ganas de desvanecerme. Cruzar la esquina y volver a girar, como antes.

Quiero clavarme en tu piel, que me odies para poder amarte. Quiero saber con los ojos cerrados, me matan las ganas de quemarte. Quiero gritarte que me fallaste, reprocharte llorar al alba con fuego entrando por las ventanas al parque. Quiero borrar miradas, parar el tiempo, congelar las noches de luna llena en piel suave.

Y a la mierda con el oxígeno si puedo respirarte. Y no hay nada que perder por un momento de calma sin un hilo de voz que pueda molestarme. Los ojos cerrados y la rabia aparte. Acercándonos imantados por algo que no entiendo, ni quiero explicarme.

Tápame los oidos para no tener que contestar. Déjame volar y dejar atrás tantas cosas que contarte. Súbeme más alto, que me duele, que no aguanto más minutos en esta soledad que arde.

Huyo por detrás, cierra los ojos, y finge que no sabes.




F. ROTA

jueves, 5 de agosto de 2010




Cuéntame, qué tal estás. ¿No te parece que hayan pasado muchas vidas desde el último abrazo? Los días eran largos, los veranos cansados, agosto se arrastraba derritiéndose de calor, diciembre nunca terminaba de llegar. Nos creímos reyes del tiempo, libres, y míranos ahora: nuestras caras se difuminan en fotos sin fecha. ¿Cuando te fuiste?

Todo ha cambiado de golpe, como siempre suele pasar. Quisiste creer que ese momento nunca llegaría, y hoy ya no es casi ni parte del pasado. Es otra vida. Otro rostro. Otra persona. A veces pienso que ni siquiera exististe. Por más que cierro los ojos, no recuerdo tu perfume, ni tus manos, ni tu forma de hablar. Siempre decías que teníamos que aprovechar el momento al máximo. Me enseñaste bien.

Y ya, no importa nada. Nada, te lo aseguro. Nada me para, nada impide que haga lo que quiero en cada instante, ya nadie puede hablarme de compromisos, de obligaciones, de convenciones, de lo normal, de lo correcto. Y a la mierda, vivir es nuestra única respuesta. Pero, dime...

¿Alguien va a llegar donde tú dejaste tu huella?




Foto: Perdido en la ciudad. Londres