He llegado hasta aquí poco a poco y desde hace unos meses, pero como siempre al final me has tenido que traer tú. Te has ido y se ha quedado sin ruido la ciudad, y de pronto ha llegado el otoño y la calma en mi habitación. Que grande se ve el suelo sin nuestra cama.
Me busco y espero encontrarme para ti. Te quiero también desde aquí. Me faltas en el cine y en la cena, en la cama y en las calles donde aún no entiendo nada. Te puedo ver si giro los ojos y no veo nada. Te prometo mil fotos para enseñarte lo que has hecho por mí.