Sabes a invierno.

Tienes la piel paliducha y suave, te chupo y te muerdo porque me gusta tu sabor a frío, no hay más motivos. En tu habitación suena musica dulce, como tus ojos.
Me gusta ver correr el tiempo enredada en ti, parecemos un puzle: mi pelo revuelto y tus piernas largas.
Tus manos grandes cubren mi pensamiento. Juegas a hacerme cosquillas, y te quejas. Te las encuentro antes yo a ti.

Eres fácil y equilibrado. No me asustas.
Las cosas contigo transcurren suavemente, sin agobio. Sin presiones. Sin prisas.

Tuerces la boca y te quedas calladito. Sonríes. Bajas la mirada. Te acercas. Un paso tras otro. Se me acelera el pulso.

Y no lo dices, tú no lo dices. Pero lo muestras.



Foto: Vigo 09