Penumbra. Tu pulso ralentiza mi reloj. Cuando duermes me paras el tiempo.
Tu perfil sobre mi pecho. Me marea verte tan guapo en mi cama. Me siento congelada hasta que te despiertas, y pones cara traviesa, y me haces cosquillas. Dime cómo he llegado hasta aquí. A sentirme loca, y tan cuerda de ti. Segura de traspasar un límite cada día.
Me da pánico.
Es como el miedo a perder, que llega cuando tienes. Lo entiendes sólo si lo sientes.
Pero, ¿sabes? No se puede tener miedo a vivir.
Tu perfil sobre mi pecho. Me marea verte tan guapo en mi cama. Me siento congelada hasta que te despiertas, y pones cara traviesa, y me haces cosquillas. Dime cómo he llegado hasta aquí. A sentirme loca, y tan cuerda de ti. Segura de traspasar un límite cada día.
Me da pánico.
Es como el miedo a perder, que llega cuando tienes. Lo entiendes sólo si lo sientes.
Pero, ¿sabes? No se puede tener miedo a vivir.
Y cuando me miras, todo desaparece.
F. Helado de piña en el Palacio Real
No hay comentarios:
Publicar un comentario