domingo, 25 de octubre de 2009


Es una mentira invernal, como el cambio de hora.
Crees que a partir de ahora te costará menos madrugar para ir a clase, porque, al fin y al cabo a nadie le supone demasiado irse a dormir una hora más tarde, tienes que despegarte con aceite hirviendo del ordenador, de la tele, del teléfono, de tu libro de mesilla...
Crees que te levantarás de mejor humor, que pensarás... ¡Me he quedado dormida!
Pero.. ¡JA!
Deja que pasen unos días, el madrugón será el de siempre. Solo que ahora a las seis y poco de la tarde... De tarde queda poco. Noche negra, cerrada. Cada día tendrás menos y menos ganas de salir de fiesta, de salir en general (siempre pensando en lo mismo, coño). Cada día más pálida, más harta del invierno. ¡Y encima por las mañanas luz!
Siesta matutina en el tren iluminada... ¿Como que no pega, no?


Es una mentira, como otras tantas. Como besos robados, instantes que crees que te pertenecen, pero sólo son la miel que te ponen en los labios y te quitan.
De verdad que ya, se acabó.

Y sólo voy a decirte una cosa. Me da miedo.
Me da miedo empezar a pensar en ti de este modo, distinto. Perder el aire de inocencia,
"empezar a creer querer ser"
Que jodidamente farragoso.
Te necesito.


Foto: Elvira
Aparece: rocicasiperono, Copenhague 08, frío (quiero otro contigo...)

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