viernes, 30 de octubre de 2009

Pica


Hoy (hace unos cuatro minutos) he comprobado lo que creía que era una leyenda urbana... ¡Cortando cebolla se llora! Increible.
Llevo toda una vida pensando que era mentira (y no por no cortar cebolla, ¿eh? Que estoy preparando CEBOLLA con guisantes y jamón. Hmmmmm), y de repente...

Vivimos rodeados de imitaciones, de cosas que creo que podrían o deberían ser de una forma, y no son más que una vaga copia de la realidad. O un sucedáneo (palabra que a Irene y a mi nos encanta...) Es increible cuando encuentras algo auténtico
(¡Y tan increbile! ¡He salido directa al baño llorando!)
Estoy aburrida de hablar de rutina, de no encontrar nada que me inspire... ¿Es lo que llaman el modo standby? Estoy aburrida de pensar en el tráfico, en la gente sin rostro en el tren... En el frío y el Otoño tan caluroso que estamos teniendo este año (¡Y que siga!). Divago día sí y día también sobre inmigrantes, amas de casa, ejecutivos treintañeros vulgares, sobre si encontraré o no trabajo dentro de unos cuantos años... Sobre ropa, sobre volver a la vida sana (Primer paso: tres días de gimnasio esta semana, y ¡Cebolla con guisantes!), sobre sitios a los que quiero ir, cursos que hacer, sobre lo poco bien que se me da usar la cámara (que ganas de hacerrrlo bien), los Cien Montaditos abandonados...

Necesito. Necesito algo

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