lunes, 8 de febrero de 2010
Causalidades
Me pierdo mirando al cielo y me tropiezo con las baldosas blancas de la Plaza de Oriente.
Pienso en tu mirada de primavera y doy volantazos. Estoy harta de aprender a conducir. Corro demasiado cuando debo ir despacio,y cuando puedo acelerar me da vértigo la velocidad.
Soy un desastre siempre distante al volante. Distraída con tu manera de andar.
Saboreo la prisa de lo efímero y no me basta. Unas horas no te hacen conductor.
Tus formas son difusas detrás del cristal mojado. El cielo me empapa la ropa, y destiñe. Y me visto entera de verde.
Y echo a correr por el puente del Manzanares con la cara mojada. Como si estuvieras tú al subir la escalera camino de la estación.
Me gusta quitar los intermitentes girando el volante, voy formándome los vicios. Seguro que tú influyes en alguno.
Suenan mis canciones favoritas en la radio del cochecillo gris. Me encantan pero las corregiría, adaptándolas a ti. Nada es suficiente para esos ojos enormes.
Foto: Lago helado Copenhague
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